Canción a la Bandera



Canción a la Bandera
(De la Ópera Aurora)

Alta en el cielo un águila guerrera,
audaz se eleva en vuelo triunfal,
azul un ala del color del cielo,
azul un ala del color del mar.

Así en la alta aurora irradial,
punta de flecha el áureo rostro imita
y forma estela al purpurado cuello,
el ala es paño, el águila es bandera.

Es la bandera de la patria mía
del sol nacida que me ha dado Dios

.

Aurora” es, tal vez, la más conocida y entonada de las canciones dedicadas a la Bandera. Sin embargo pocos saben el verdadero origen de estos versos…

En 1908, el Gobierno Nacional encargó “una ópera dedicada a exaltar los valores patrios de una joven y pujante nación” sometida al impacto de la llegada de inmigrantes provenientes de distintos lugares del mundo. La responsabilidad de crear la partitura recayó sobre el músico ítalo-argentino Héctor Panizza.

El libreto se le encargó a un profesional del género, autor de obras líricas consagrado universalmente, el italiano Luigi Illica, responsable nada menos que de los textos de Tosca, Madama Butterfly y La bohème de Puccini.
Así nació la opera "Aurora" que se estrenó el 5 de septiembre de 1908 en el Teatro Colón en el marco de los festejos preparatorios del Centenario de la Revolución de Mayo. Estaba escrita en italiano y en ese idioma fue interpretada el día de su estreno.


El nombre  de la obra  coincide con el de la heroica y trágica protagonista y simultáneamente remite en forma metafórica a la alborada de la Independencia nacional, ya que la acción transcurre durante los sucesos de mayo de 1810 en la provincia de Córdoba  . La pareja romántica estaba conformada por  el joven patriota Mariano y la bella Aurora, hija del jefe de las fuerzas españolas en la ciudad mediterránea.

 La obra fue escrita en  tres actos. Los momentos de mayor  dramatismo ocurren casi al finalizar la obra cuando llevan ante el jefe español a un prisionero. Aurora lo reconoce enseguida: es Mariano. No puede evitar una exclamación de asombro, que hace comprender a su padre que existe entre ambos una relación sentimental. No obstante ello, lo condena a muerte por espía y traidor. Una feliz constelación les hace parecer posible la fuga. Los amantes aprovechan la circunstancia pero los centinelas los sorprenden y una bala infortunada hiere a la joven. La desgraciada muchacha, postrada en el suelo, ve alborear el día. Al elevarse radiante el sol de la libertad de América, exclama: "Mirad, es la aurora. Dios la escribe en el cielo con el sol y en la tierra con su sangre" y expira en brazos de su amante.

Un aria de la obra, que era cantada por  el tenor Amedeo Bassi (Mariano) al final del segundo acto, (en un “intermedio épico” en que se descubría, en la figura de un águila que planeaba en lo alto, la imagen de la bandera nacional) fue todo un éxito, pidiéndose su repetición en todas las representaciones. Se trataba, precisamente, de la canción a la bandera. Sin embargo, el hecho de que estuviera en italiano inhibía la posibilidad de que fuera conocida por un público masivo. Por este motivo se encarga una versión en castellano. Y tal como sucedió en el estreno de  la versión italiana, el público  ovacionó el aria dedicada al pabellón nacional.

Y es precisamente esa canción  la que se independizó de la ópera para triunfar en los patios de todas las escuelas argentinas.

Canción a la Bandera (de Aurora) - Darío Volonté, Teatro Colón 1999  

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